El consumo de alimentos varía según las estaciones porque deben ser frescos. Especialmente las frutas y verduras deben consumirse en temporada para que contengan todas las vitaminas y el sabor necesarios.
Dado que los alimentos de verano son diferentes y los de invierno también, a veces preparamos alimentos como tomates, judías, guisantes, guisantes, pimientos asados para su uso estacional durante el verano y los enlatamos para utilizarlos en invierno. Nuestro objetivo al enlatar es que los alimentos se conserven durante mucho tiempo sin perder sus valores vitamínicos.
¿Cómo conservar los alimentos de invierno?
El método más utilizado para preparar los alimentos para el invierno es el método de almacenamiento que proporciona la congelación de los alimentos. Para almacenar los alimentos congelados de la forma más adecuada, el papel de plástico o aluminio, las bolsas de plástico, los recipientes de aluminio con tapa, los recipientes especialmente fabricados con cera en su interior, los recipientes de cristal o plástico resistentes son elementos muy útiles para guardar los productos. Si acaba de cortar carne roja, lo primero que debe hacer es dejarla reposar en el frigorífico durante aproximadamente una semana.
De lo contrario, si vas a guardar carne comprada en la carnicería, puedes meterla inmediatamente en bolsas o recipientes y guardarla en el congelador. Separar la carne de los paquetes para una sola ración, es decir, suficiente para cocinar de una vez, te facilitará el trabajo. La carne roja puede durar entre 6 y 12 meses en el congelador. El pollo también debe reposar toda la noche y meterse en el congelador después de clasificarlo y su vida útil es de 7 u 8 meses de media.
El pescado se congela entero después de limpiar bien los órganos que contiene y, tras darle la vuelta sujetándolo por la cola, se introduce en el hielo y se congela de nuevo. Gracias a este proceso llamado glaseado, el pescado puede durar en el congelador de 4 a 6 meses.
Las frutas deben lavarse con abundante agua una vez recién recolectadas y, a continuación, limpiar completamente las semillas. Tras estos procesos, se pueden separar en paquetes o porciones e introducir en el congelador. El periodo de almacenamiento de las frutas puede ser de hasta 10 o 12 meses de media. Se pueden conservar algunas frutas troceándolas y echándoles azúcar.